sábado, 9 de abril de 2011

No se puede prohibir la elección de pensar, ni se puede impedir la tormenta en el mar. No se puede prohibir que un vuelo interior, un gorrión al partir busque un cielo mejor. No se puede prohibir el impulso vital ni la gota de miel, ni el granito de sal, ni las ganas sin parar, ni el deseo sin fin de reír, de llorar. NO se puede prohibir. No se puede prohibir el color tomasol de la tarde al morir en la puesta de sol. No se puede prohibir ni se puede negar el derecho a vivir la razón de SOÑAR.
 No se puede prohibir ni el crecer ni el crear, ni la tierra excluir, ni la luna ocultar. No se puede prohibir ni una pizca de amor, ni se puede eludir que retoñe la flor. Ni del alma el vibrar, ni del pulso el latir, ni la vida en su andar, NO se pueden prohibir. No se puede prohibir el afán de cantar, ni el deber de decir lo que no hay que callar. Solo el hombre incapáz de entender, de sentir, ah logrado al final, su grandeza prohibir. Y se niega el sabor y la simple verdad de vivir el amor y en total libertad. Si tuviese el poder de poder decidir, dictaria una ley: Está prohibido prohibir.

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