sábado, 27 de agosto de 2011


La fiebre de un sábado azul 
y un domingo sin tristezas. 
Esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza, 
y en tu voz, sólo un pálido adios 
y el reloj en tu puño marcó las tres. 
El sueño de un sol y de un mar 
y una vida peligrosa 
cambiando lo amargo por miel 
y la gris ciudad por rosas 

te hace bien, tanto como hace mal 
te hace odiar, tanto como querer y más.
 
Cambiaste de tiempo y de amor 
y de música y de ideas 
Cambiaste de sexo y de Dios 
de color y de fronteras 
pero en sí, nada más cambiarás 
y un sensual abandono vendrá y el fin. 
Y llevas el caño a tu sien 
apretando bien las muelas 
y cierras los ojos y ves
todo el mar en primavera 

bang, bang, bang hojas muertas que caen, 
siempre igual,  los que no pueden más 
se van.

No hay comentarios:

Publicar un comentario